Medicina paliativa para enfermos
Es cierto que la medicina ha avanzado tanto, que cada día es más posible alargar la vida de personas que padecen de enfermedades crónicas y terminales. Lamentablemente alargar la vida en la mayoría de los casos significa dar más tiempo al paciente antes de morir, lo que no quiere decir, dar un tiempo con una mejor calidad de vida. En muchos casos el paciente sigue vivo, pero padeciendo de dolores, inmovilidad e incapacidad para cuidarse. Es por ello que surge la necesidad de preparar profesionales que apliquen cuidados paliativos y ayuden al paciente a llevar una mejor calidad de vida.

Morir no es la opción preferida por nadie. En caso de pacientes que padecen de enfermedades crónicas o terminales, su esperanza es la de poder vivir, alargar su vida, pero con una calidad de vida al menos promedio. El avance que ha tenido la medicina ha hecho posible alargar la vida en pacientes que padecen afecciones graves. Esto se ha logrado a través de los cambios en hábitos alimenticios, pues existe mucha más información sobre lo que es sano y que consumir o evitar.
Se han creado vacunas y existe una mayor difusión sobre las enfermedades y las maneras de evitar su contagio. Estudios profundos de la medicina han permitido conocer las enfermedades, sus causas, síntomas y las maneras de curar y aliviarlas. La existencia de medicamentos cada vez más potentes y las medicinas basadas en las células, han hecho que se haga posible alargar la vida de las personas.
La medicina paliativa es requerida por aquellos enfermos que padecen de enfermedades que le impiden o les dificultan moverse, valerse por ellos mismos, controlar sus dolores, necesitan terapias y la ayuda de algún profesional para mejorar su calidad de vida.
Son cada vez más las personas que necesitan este tipo de cuidados y de ahí la necesidad de preparar profesionales que apliquen los cuidados paliativos, de la manera adecuada.
El profesional tiene que estar capacitado para atender el dolor del paciente, las terapias y sus cuidados. También deben tener la capacidad de dar al paciente la atención, respetando su voluntad, su dignidad y el derecho a recibir una ayuda digna. Sin maltratos para ayudarlo a vivir con una mejor calidad, apaciguando sus dolores y molestias.